viernes, 27 de junio de 2008

Dulce locura

Locura, dulce locura. Me inundas en cada parte de mi cuerpo de belleza. Que apetecible es amarte y conservar tu aroma en mi pelo al despertar. Que bello es abrazar tu tiempo desnudándote para perdurar en mis recuerdos.

Tu fugaz beso constante me deleita en cada velada contigo. Me hace sentir bien, retuerce a cada mal momento y me brinda cada segundo una bella sonrisa que es difícil de dejar pasar inadvertida.

Que delicada es tu vida y que constante tu amor. Me siento como un ángel al tocar tu bello y oculto rostro.

Locura, me encantaría pasar el resto de mis días a tu lado.

martes, 17 de junio de 2008

Mis memorias

Un ángel en busca de su propio suicidio y en su mano tan solo su propia creencia para cometer el acto y llevar a su vida hacia el camino del fin.

Mil sentimientos expresados de este modo, con los jirones de un lápiz que decapita su vida para dar sentido a este folio en blanco. Unos sentimientos, una forma de desahogarme distinta a las lágrimas que hubiera utilizado en otra situación similar, pero estas ya no brotan en mi vida, desaparecieron.
Un asesinato para mis sentidos, un final agridulce para la agonía de este amor que está e las últimas, o que se muestra de un modo inoportuno en esta temporada en la que le acosa la palabra fin.

Una película triste en la que se ha convertido mi vida, en la que no aparece por ninguna parte un final alternativo, una duda para cambiar o mejorar la escena que se desdibuja en la pantalla de mi cine de las sábanas blancas, cada noche al pensar en este nuevo error, en este nuevo mundo ahogando en charcos de los que no consigo escapar y tan solo me hundo y me pierdo un poco más.

Tristemente tendí mis últimos suspiros para pedir una ayuda en la lejanía y solo la mitad de lo que esperaba recibí, no me esperaba tampoco esta desilusión. Tan solo Madrid me abrió sus brazos para un nuevo abrazo de consuelo distante, tan solo los ojos cerrados de esa niña de música apareció en la distancia para sacarme de este gran abismo en el que me encuentro y no quiero salir porque mis fuerzas se han extinguido en esta espiral que me agita una vez más.

Espero un milagro sentado en esta silla desde la que grito en silencio, espero una absolución para los días que me quedan, algo que me de ese algo que me falta para poder sonreír de nuevo de una forma limpia y sentida. Un pañuelo colgado en los brazos de alguien que me espere en la eternidad que se está abriendo paso ante mí en estos días tan grises de lluvia en mi corazón.

Desilusión en lo más profundo de mi ser; una tristeza que me ahoga en este vaso casi vacío que no soy capaz de mirar y afrontar mi vida en esta nueva postura, en este nuevo tropiezo tan continuo que me atormenta un día más.

Dormiré despierto otro día más, agitaré mis alas para intentar escapar de mi mismo, intentaré luchar por una felicidad perdida.