miércoles, 22 de abril de 2009

Lujuria vs Envidia

Tu cuerpo me hacía volar a la irrealidad en cada esquina de él, todo perfecto, bello, hasta lo inimaginable. Así eras tú, inimaginable, algo totalmente perfecto, algo inmortal, el perfume de la vida.

¿Y qué era yo? El caminante perdido, el que dio y perdió absolutamente todo lo que tenía, el que se equivoca a cada paso, el imán que repele cualquier polo, el sudor de la muerte.

Camino a tu lado, no puedo evitarlo, me gusta ser egoísta, me gusta consumir mi vida junto a la tuya, ser algo importante a tu lado, mirarte, sentirme, saber existir. Renunciar a una vida por ti, algo que estaría gustoso a pagar por tenerte otro día más, al despertar, a mi lado, consumiendo tus horas, un día más, junto a mí.

La lujuria y la envidia enfrentados constantemente en mí. Un duelo que no tiene fin, pero es tan apetecible ser el jurado en este combate, que no me arrepiento de tener que curar, día tras días, las heridas de mi cuerpo, a tu lado, que sujetas mi cabeza y alivias mi dolor.