domingo, 3 de enero de 2021

Capítulo 1: la enfermedad del alma

Algunos hablan de que no existe la enfermedad del alma, que es simplemente hacer un papel y fingir para obtener atención, una baja o dar pena. 

Nadie sabe cómo siente el que tiene enfrente. Nadie puede padecer la soledad, el dolor o la alegría de otro. 

Nadie sabe cómo es mi ansiedad. 

La mente se nubla y hasta en los momentos de calma, un pedacito de ella, sigue pensando en ese agujero que crea ese malestar, esa falta total de aire. Me creía una persona bastante fuerte pero, de repente, aparece un algo que crea ante ti un abismo que es imposible de flanquear. Ese abismo se nutre de inseguridad, de esas pequeñas motas de miedos que habitan dentro de ti. Se nutren tanto de ello que llegan a ocupar una enorme parte dentro de ti mismo. Luchad, pero no escapas. 

Mi ansiedad es habitual desde hace bastante ya en mi. Y no sé cómo escapar de ella. 

Puedo ver a otros salir por la puerta y dejar todo lo que había dentro de ese espacio que abandona tras el umbral. Yo salgo y me llevo la casa conmigo, como si tuviera ruedas y estuviera atada a mi. 

Intento dormir y en el negro de la noche, reflejado en el reverso de mis párpados, aparece ella y no escapo ni en mis sueños. 

Parece una pesadilla. Pero os juro que estoy despierto y me cuesta mucho dormir. 

También os digo, escaparé de ella. 

Aquí comienza mi lucha contra ti, puta ansiedad. Y esto no sé si me servirá de algo, pero voy a desgarrarme y de sangrarme para que salgas de dentro de mi como sea. 

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