martes, 10 de febrero de 2009

Sin palabras

Durante dos décadas no he dejado de pensar en un solo instante en cuántas palabras sería capaz de decir para descibrir mi vida, cada momento, cada instante, cada minuto, cada segundo.

Hace mucho que perdí la cuenta de cuantas son las palabras dichas para defenderla, ya no hay motivos para contar algo que está más que explicado. Es mía, sólo mía.

Cada palabra dicha sigue sonando dentro de mí con un eterno eco, sordo, impasible, que llena cada espacio. Que bueno es el recuerdo cuándo lo malo del pasado lo has borrado, pero que duro es recordar cada momento que te hizo fracasar. Sin palabras, no soy capaz de explicar esa situación. No quiero recordar. No puedo. Lo he olvidado. Soy feliz.

No hay comentarios: